LA VIDA Y LA MUERTE

Esta vida del humano y del ŷinn siempre termina con la muerte. No hay excepción. Los humanos no escogen su raza, sexo, padres, o lugar de nacimiento. Por eso, en el día del juicio final, ellos no serán responsables por esos aspectos de su vida. No ser humano es enviado al infierno por que nació siendo de cierto sexo o raza. Al∙lah, el Misericordioso, ha prometido que cualquier humano o ŷinn que muera como seguidor de la religión verdadera recibirá el paraíso para siempre.

 La creencia correcta en Al∙lah no cambia. Cada profeta y mensajero ha sido igual en lo relacionado a la creencia en Al∙lah: Nadie es Dios excepto Al∙lah, y el ser humano tiene que creer en Él y adorarlo a Él solamente. El Profeta del presente es Muhammad, sal∙lal∙lahu   ^alayhi wa sal∙lam, la paz y las bendiciones de Al∙lah sean con él, y las leyes de la presente populación son las leyes que el Profeta Muhammad, sal∙lal∙lahu   ^alayhi wa sal∙lam, recibió de Al∙lah para la humanidad. No habrá nuevas leyes reveladas, porque no habrá un nuevo mensajero o profeta.