El Profeta Muhammad nació en la Meca en Arabia en el VI siglo. Su padre fue ^Abdul∙lah el hijo de ^Abdu al-Muttalib, el hijo de Haċhim, el hijo de ^Abdi Manaf de la tribu de Qurayċh, el líder de las tribus árabes. Su padre murió antes de que él naciera. Su abuelo fue su protector después de la muerte de su madre. Su tío, Abu Talib, después lo cuidó y lo mantuvo. El recibió la revelación en la Meca cuando tenía 40 años y ahí permaneció 13 años más después de la revelación. El inmigró a Medina y vivió ahí por 10 años hasta su muerte ahí mismo. Él tenía 63 años cuando murió. Él fue sepultado en Medina y es recompensable visitar su tumba. El Profeta Muhammad revivió la llamada al islam después de que Jesús fuera elevado y después de que ya no había seguidores de Jesús vivos. El Profeta Muhammad transmitió que no habrá un profeta después de él y que Jesús va a regresar a gobernar de acuerdo con sus enseñanzas. Esto también le fue revelado al Profeta en el Qur’an. En el Qur’an están mencionados otros profetas como: Noé, Abraham, Ismael, Isaac, Jacobo, José, Aarón, David, Salomón, Elías, y Jesús. Todos estos profetas fueron profetas del islam. El profeta Muhammad ﷺ ejerció un esfuerzo exitoso en su llamada al islam y Dios le concedió milagros. Con ello el Profeta Muhammad comprobó a otros que él era un profeta y que era verdadero. Antes de la muerte del profeta Muhammad sus acompañantes alcanzaron a ser alrededor de 100,000 musulmanes. Hoy, los musulmanes en el mundo son alrededor de mil millones. Desde el tiempo del profeta, los musulmanes han mantenido, una generación tras otra transmitiendo las enseñanzas y siguiendo las reglas del profeta Muhammad. La creencia en el islam no es válida si uno no cree en el profeta Muhammad y en que él es el mensajero final.